martes, 22 de julio de 2008

La fuente de la Plaza Matriz de Montevideo

En Uruguay es conocido que la fuente de la Plaza Constitución o Plaza Matriz tiene una simbología alquímica y masónica muy rica. No se sabe tanto de la fuente en sí, pero para quienes conozcan simbología hermética seguramente se harán una fiesta al contemplar la plaza.

El mismo nombre "matriz" nos refiere al vaso hermético de los alquimistas. Su misma palabra es bastante elocuente para darnos cuenta qué significa realmente, es obvio que la palabra matriz se referiere a los órganos sexuales de la mujer, el atanor alquimista.

La fuente de la plaza tiene 8 lados y cuatro partes contando desde la base hasta arriba. El agua representa el aqua nostra de la Alquimia, la energía vital – sexual, la libido.

En la base hay 8 seres, cuatro niños y cuatro faunos. Este es uno de los cuatro Faunos, símbolo de la energía primitiva, animal aún inconsciente en el hombre.

El no es ya una energía más reconocible y simboliza la esencia y la inocencia de la energía. Hay 4 niños y 4 faunos, son los cuatro elementos en dos niveles. Los delfines son otra representación del Mercurio alquímico. Es un ser que participa de dos mundos, el mundo acuático porque vive bajo el mar, pero es un mamífero que debe respirar. De manera que se conecta con los dos mundos, entiéndase lo que nosotros concebimos como mundo material y mundo espiritual, que en realidad son el mismo mundo. El delfín es un conductor hacia esa integración, estoy hablando simbólicamente.

Hay cuatro escudos en el centro de la fuente. En esa figura está el escudo nacional con los cuatro elementos, a manera de mandala. Pero el escudo no es exactamente el escudo nacional, sino que en la parte del cerro hay una fortaleza que simboliza la alquimia. El cerro es el agua, el caballo es el fuego, la balanza es el aire, el buey es la tierra. El sol representa el ser interno del hombre. El otro escudo es una colmena con una guadaña y una azada. Ambos elementos representan el trabajo sobre la tierra filosofal. La guadaña es la muerte de todo lo negativo y la azada es el trabajo sobre la propia tierra, preparándola para la semilla, o sea el mercurio filosofal. Es el trabajo de la integración del hombre, como una abeja, a la gran colmena cósmica.


El escudo masónico. Consta de una escuadra que representa el Recto sentir, pensar y actuar. El martillo que es símbolo de la voluntad, la fuerza interior, el ser constante. El compás que representa la exactitud, lo perfecto, la conexión con el ser interno.

El báculo con las dos serpientes y sobre él, el gorro frigio. El báculo es la columna vertebral. Las dos serpientes son las fuerzas lunares y solares que recorren el cuerpo. El gorro frigio es símbolo de la iniciación, del despertar del fuego sagrado en el hombre. Se llama el Caduceo de Mercurio, símbolo de la medicina, por la sanación y del correo porque Mercurio era el mensajero de los dioses, lo cual signficia que permitía que los mensajes del cielo llegaran a la tierra y viceversa, hacía de psicopompo, conductor de almas. La integración de lo masculino y lo femenino es lo que nos permite integrar el cielo y la tierra.

Estas interpretaciones son personales basadas en mi estudio de más de 20 años sobre la alquimia.

(C) Daniel Curbelo





lunes, 7 de julio de 2008

Tantra, la vía abierta

Tantra es la contemplación del momento eterno en una percepción eterna unitotal de lo que va siendo.

Muchas personas insisten en que hay que tener una tradición y no digo que no sea así; en la necesidad de un gurú y tampoco lo niego; otros se sienten representantes de miles de años de sabiduría y demás.

Sea como sea Tantra es esa vivencia del momento en un éxtasis inmutable, que va más allá de pertenecer a una religión, a un grupo, más allá de sentirse representante de una doctrina, de un maestro o una determinada práctica espiritual.

En esa contemplación hay libertad, hay amor, hay sabiduría, hay percepción de la realidad como un todo. Recuerda que el ser es uno solo.

Intenta ir hacia lo profundo, hacia ese silencio espacial en el cual están ocurriendo todas las cosas.

Tantra nos propone ir más allá de las fronteras auto-impuestas y de las que la propia cultura nos ha impuesto. Es un camino de belleza, no trazado, no recorrido, no comparable, es como el primer beso que se va dando de momento en momento.

© Daniel Curbelo

viernes, 4 de julio de 2008

La Morada de Plutón

El descenso al infierno como prueba para el Hierofante

El descenso a la Morada de Plutón ha sido desde la más remota antigüedad parte de las pruebas esotéricas que los iniciados en los misterios debían pasar para lograr integrarse a la totalidad de sí mismos. Esto está reflejado en un sinnúmero de mitos y leyendas que nos hablan de ese lugar inferior, el infernus¸ que no es ni más ni menos que la representación de nuestro mundo inconsciente.

Plutón es la versión romana del dios griego Hades, era el dios de los muertos, hijo de CRONOS y de REA y hermano de ZEUS y POSEIDÓN. Obtuvo el poder del mundo subterráneo después de que junto a sus hermanos se repartiera el universo tras haber derrotado a su padre. Le correspondió la peor parte por ser el hermano menor de la familia. Allí vivía de forma feroz y despiadada junto a Perséfone, raptada del mundo superior como única forma de Hades de romper su celibato. Al contrario de lo que parece lógico, pues no había plegaria que le aplacara, no era demasiado maligno. El mundo de los muertos también recibe el nombre de Hades. Estaba divido en dos regiones: Erebo, donde los muertos entran en cuanto fallecen y Tártaro, la región más profunda, famosa por ser morada eterna de los titanes. Era un lugar tétrico, oscuro y funesto, habitado de formas y sombras incorpóreas y custodiado por Cerbero, el perro de tres cabezas y cola de dragón y que HERACLES / HÉRCULES pudo capturar. Había horrendos ríos que separaban el Hades de la tierra por los que se pasaba conducidos por el anciano Caronte. En algún lugar de toda ese tétrico mundo se situaba el palacio del dios Hades, con muchas puertas, y lúgubres almas deambulantes. En los infiernos se juzgaba la actuación de los muertos y se decidía su destino: el Elíseo para las buenas almas y el Tártaro para las malvadas. La versión romana de Hades, Plutón, era más benigna porque se le consideraba el dador de las riquezas del mundo. Pero es sobre el rapto de Perséfone donde nos vamos a detener para analizar el mito de Plutón.

Perséfone es Hija de Zeus, padre de los dioses, y de Démeter, diosa de la tierra y de la agricultura. Hades, dios del mundo inferior, se enamoró de Perséfone y quiso casarse con ella. Aunque Zeus dio su consentimiento, Démeter era contraria a la boda. Entonces, Hades atrapó a la muchacha mientras estaba recogiendo flores (adormideras) y la llevó a su reino. Cuando salió en busca de su hija perdida, Démeter quedó desolada y sale a buscarla durante nueve días y nueve noches, al final la vieja Hécate le informa la situación, pero es en Eleusis, al décimo día, que se entera del rapto. Sabiendo esto, junto con Hécate van a ver a Helio el que todo lo ve que les confirma el suceso. Deméter enojada recorre la tierra y mueren todas las plantas y el hambre devasta la tierra. Por este motivo, Zeus envió a Hermes, mensajero de los dioses, para que recuperara a Perséfone y la devolviera a su madre, pero le dice a Deméter que puede tener a su hija siempre y cuando no haya comido nada del infierno. Antes de dejarla ir, Hades le pidió que comiera un grano de granada, el alimento de los muertos, de la cual comió siete semillas. De esta manera, se vio obligada a volver al submundo y permanecer allí durante la tercera parte de cada año. Como diosa de los muertos y como diosa de la fertilidad de la tierra, Perséfone era la personificación de la renovación de la tierra en primavera. Hécate resultó ser al final la que vigilaría a Core, que era el nombre de Perséphone. Los misterios eleusinos se celebraban en su honor y en el de su madre. Es evidente que estamos ante una Triple diosa: Core, Perséphone y Hécate. Core es la doncella, Perséphone es la mujer madura y Hécate la anciana.

Tendríamos que remontarnos a cómo vivían los griegos sus misterios esotéricos para introducirnos en el tema y lograr entender este mito. El mito del rapto de Core se celebraba principalmente en Eleusis (advenimiento), en el mes llamado Beodromión (corriendo en busca de ayuda). Los misterios de Eleusis incluían rituales sexuales en honor a Deméter.

Perséphone es hija de Zeus, dios del Olimpo y de Deméter, diosa de la Tierra. O sea que tenemos el cielo y la tierra que producen un ser, Perséphone que es nuestra alma, nuestra conciencia, que al principio se llama Core y luego del rapto se pasará a llamar Perséphone.

Hades, representación de nuestra parte infernal, el fuego del interior de la tierra se enamora de ella, diremos más bien que sufre un enamoramiento, tal como es enseñado por los maestros, por lo cual la rapta y se la lleva al infierno. Es importante aclarar este punto porque según la tradición Hades rara vez salía del infierno y uno de sus motivos para salir era la lujuria y como usa el casco de la invisibilidad es difícil que lo vieran.

Es importante comprender este punto, no está realmente enamorado sino que sufre un enamoramiento, un concepto que a veces no queda muy claro. El enamoramiento es una proyección narcisista que se hace sobre otra persona y donde uno de los elementos más importantes para lograr identificarlo es que uno no es conciente realmente del otro, hay componentes de fascinación, euforia, etc.

Debido a esta fascinación el adepto cae¸ y sobre él cae la desgracia y pierde muchas veces el honor. Recordemos que Core está recogiendo adormideras, que están representando el sueño de la conciencia, la pérdida de la conciencia real de sí mismo. Es la caída del iniciado, cuando en circunstancias de la vida se pierde el camino, se pierde a sí mismo en definitiva y cae del estado de conciencia de sí mismo, es decir que pierde la luz, por ende comienza el camino de las tinieblas, Perséphone está en el infierno, la conciencia está en la Morada de Plutón.

Sufre el adepto el abandono, se siente solo y debe el mismo buscar el camino hacia la luz. De todas maneras hay ayudas, porque Zeus manda a Hermes, el mensajero de los dioses, el Archimago, para recuperar a la conciencia, es la etapa del retorno. Mientras la va rescatando, Hermes también representa todo el trabajo con la mente, ella no puede comer nada del mundo inferior, pero es tentada por una granada, y se come siete semillas lo que da como resultado que no puede salir definitivamente del abismo, entonces debe pasar una tercera parte del año allí y el resto en la Tierra con su madre. Esto nos está simbolizando que el iniciado debe aprender a vivir incursionando en los mundos infiernos, de otra manera no puede rescatar los valores que allí hay. Las siete semillas son los siete demonios internos de los clásicos, Pereza, Orgullo, Codicia, Ira, Lujuria, Gula y Envidia.

El último paso es el de la verdad, aquí es cuando comienza la maestría, la sublimación, la luz, pero una luz que ya está signada por otras cosas, porque a raíz de todo lo que ha vivido, la experiencia lo va a llevar a no caer de nuevo y en cierta forma este primer drama define todos los procesos que el iniciado va a tener que vivir en su vida.

Sea como sea Perséphone se transforma en la Reina del Infierno y viene a representar esa parte de nuestra alma que deberá ser rescatada en algún momento, es nuestra parte oscura, esposa de Hades y gran compañera de Hécate, la bruja infernal.

Simbolismo de Plutón:
• Es un principio de des-estructuración que impulsa inexorablemente a la vida a seguir adelante y a deshacerse de formas viejas para dejar paso a las nuevas.
• Es la serpiente que se despoja de su piel, nos empuja desde adentro desde muy profundo.
• Nos obliga a entregarnos.
• Su forma de trabajar es a través de una presión creciente. Se asegura de que cambiemos aniquilando lo viejo. La consigna es cambiar o morir.

Conclusiones del Mito de Plutón y Perséphone

• Representa las tentaciones a las que se ve sometida el alma y que la llevan al abismo.
• Presenta la idea de la necesidad de conocer lo denso de uno mismo.
• A través de ese conocimiento conciente se integran aspectos del ser.
• El retorno a la luz implica la integración de la conciencia extractada del abismo.
• De todas maneras el iniciado oscila en períodos de luz y de tinieblas.
• En la caída el adepto se siente solo y desamparado, pierde el honor y muchas cosas.
• Para ascender ciertos planos hay que bajar al infierno necesariamente.

Extracto del material del seminario “La morada de Plutón” realizado por Daniel Curbelo en la Cofradía de la Rosa de Jericó.

Material consultado

Glosario Teosófico. Mme. Blavatsky.
Los Mitos Griegos. Robert Graves
Magia en la Antigüedad. Conferencia de la antropóloga Laura Bel. 
Las doce casas. Howard Sasportas